No Es Oro Todo Lo Que Reluce

En la era digital, las redes sociales se han convertido en una de las principales fuentes de información sobre salud y nutrición. Sin embargo, entre la abundancia de contenido, no todo lo que circula es preciso o saludable. Muchas veces, nos encontramos con mensajes simplificados, moralizadores y, en ocasiones, dañinos que promueven dietas estrictas, estándares de belleza inalcanzables y soluciones rápidas.

A menudo, estas afirmaciones están respaldadas por supuestos "expertos" que, sin una base científica sólida, defienden ideas erróneas sobre lo que significa comer bien. Tales mensajes pueden ser peligrosos, ya que refuerzan creencias equivocadas que afectan tanto la salud física como emocional de las personas. Al presentar ciertos alimentos como "buenos" o "malos", se ignoran factores importantes como la individualidad, el contexto social, y las necesidades emocionales de cada persona. Además, este tipo de mensajes alimenta la culpa y la ansiedad relacionadas con la comida, dificultando la construcción de una relación saludable y respetuosa con ella.

Es fundamental que, como nutricionistas y profesionales de la salud, promovamos un enfoque equilibrado, inclusivo y basado en la evidencia, que ayude a las personas a tomar decisiones alimentarias informadas y alineadas con su bienestar integral. La nutrición debe ser vista como un proceso flexible y personal, no como una fórmula rígida ni una carrera por cumplir estándares inalcanzables.

 

Afirmaciones que me encuentro por las redes:

  • "Hay dos formas de volver a sentirte bien en tu cuerpo."
    • Problema: Esta afirmación es demasiado simplista y sugiere que existen solo dos caminos para lograr bienestar, lo que ignora la complejidad y diversidad de las necesidades individuales.
    • Impacto: Promueve la idea de soluciones rápidas y únicas, sin tener en cuenta el proceso gradual y único de cada persona.
  • "¿Quién serías dentro de 3 meses si empezaras hoy? No te haces una idea porque sino ya habrías empezado."
    • Problema: Refuerza la presión y la culpa por no haber comenzado, sugiriendo que el éxito depende solo de tomar acción inmediata sin considerar las circunstancias personales.
    • Impacto: Puede generar ansiedad y estrés, además de promover una mentalidad de "todo o nada", que es poco realista y poco saludable.
  • "Conquista tu cuerpo en 90 días."
    • Problema: Este tipo de mensaje alimenta la idea de que el bienestar y el cambio físico deben lograrse en un período muy corto, lo que a menudo lleva a enfoques restrictivos y dañinos.
    • Impacto: Promueve un enfoque superficial y acelera expectativas poco realistas, obviando el hecho de que el cuidado del cuerpo es un proceso continuo y que el bienestar no se define por metas estéticas.
  • "Descubrirás cómo con la nutrición consciente puedes recuperar tu cuerpo ideal, felicidad y bienestar para siempre sin hambre, estrés ni fuerza de voluntad."
    • Problema: Aunque la nutrición consciente tiene beneficios, esta afirmación crea la expectativa de que es la solución definitiva para todos los problemas, minimizando la complejidad emocional, social y mental detrás de la relación con la comida.
    • Impacto: Fomenta la idea de que se puede alcanzar la felicidad y el bienestar sin esfuerzo, lo cual no es realista ni sostenible a largo plazo.
  • "Deja de comer mal."
    • Problema: El término "comer mal" es vago y puede interpretarse como una etiqueta moral sobre los alimentos, generando culpa innecesaria.
    • Impacto: Este tipo de afirmaciones pueden inducir a las personas a sentirse culpables por disfrutar de ciertos alimentos o por no adherirse a dietas estrictas, lo que afecta negativamente la salud mental y emocional.
  • "Hay comida buena y comida mala."
    • Problema: Dividir los alimentos en "buenos" y "malos" refuerza la idea de que hay opciones alimenticias que son moralmente correctas o incorrectas, lo cual es un enfoque reduccionista.
    • Impacto: Este tipo de dicotomías alimenta la culpa y la ansiedad, además de crear una relación restrictiva y rígida con la comida.
  • "Si quieres vivir más no debes cenar."
    • Problema: Promueve una restricción innecesaria de las cenas sin considerar que las necesidades alimenticias varían según cada individuo y que comer por la noche no es perjudicial si se hace de manera equilibrada.
    • Impacto: Puede fomentar trastornos alimentarios o desórdenes en los hábitos, y transmite la idea de que ciertos comportamientos alimentarios extremos son la clave para una vida larga, lo cual no está científicamente respaldado.

 

¿Qué sucede cuando, como nutricionista, considero que un solo aspecto de la alimentación es la solución a todos los problemas nutricionales?

Enfocarse únicamente en un aspecto (alimentación antiinflamatoria, alimentación consciente, dieta cetogénica, ayunos, etc.) puede generar soluciones parciales, ignorando las necesidades individuales y el contexto de cada persona, lo que podría llevar a enfoques restrictivos o insostenibles que no promueven un bienestar duradero. Un enfoque completo en nutrición debería comunicar que la salud es multifactorial y que ningún patrón alimenticio por sí solo puede abarcar todas las necesidades humanas.

 

Mi forma de entender la nutrición

  1. El componente nutricional:
    Resalto la importancia de una alimentación equilibrada, variada y basada en evidencia científica, pero sin caer en extremos ni reducir la nutrición a reglas rígidas.
    Considero que todos los alimentos tienen un lugar en la dieta y evito etiquetas como "bueno" o "malo", promoviendo el balance y la flexibilidad.
  2. El componente emocional:
    Reconozco que la relación con la comida está profundamente vinculada con las emociones, los hábitos y la historia personal de cada individuo.
    Me preocupo por transmitir que la alimentación no debe generar culpa o ansiedad, sino ser una herramienta de cuidado y conexión con uno mismo.
    Fomento una relación consciente y positiva con la comida, respetando las señales de hambre, saciedad y el placer de comer.
  3. El componente social:
    Entiendo que la alimentación no ocurre en el vacío; está influenciada por factores culturales, económicos y sociales.
    Promuevo una nutrición inclusiva, que respete la diversidad de cuerpos, estilos de vida y accesibilidad a los alimentos.
    Considero que compartir la comida es un acto de comunidad y conexión, y que adaptarse a los contextos sociales es parte de una relación saludable con la alimentación.

 

En resumen:
Mi enfoque es holístico, no moralizante y profundamente respetuoso. Para mí, el bienestar no se mide solo por el cuerpo físico, sino también por la paz mental y la conexión social que se construye alrededor de la comida.

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